02 octubre, 2006

El elefante del amor y el búho de la suerte


—Bien, separemos a los mirones de los compradores, a los pobres de los codiciosos y a los que de mí se fían de aquellos otros que no lo hacen, porque si hoy no veis aquí ninguna ganga es que no venís a comprar, habéis venido a birlar. ¿Veis esta mercancía? No ha visto la noche ni la luz del día, por 10 libras, os la doy por diez libras y os regalo una bolsa. Anoche yo me lleve a una tía por 10 libras y no me dieron ni una puta bolsa. ¿Os gustan las joyas? Fijaos bien en esto. Hecho a mano el Calcuta, robado a mano por algún hijo puta, es tan largo como mi brazo, joder si lo tuviera yo todo igual de largo. No penséis que estas cajas están vacías porque van precintadas, sólo los de pompas fúnebres venden cajas sin llenar, aunque viendo la cara que tenéis algunos ganaría mas pasta como enterrador. Venga todo al mismo precio, 10 libras.
—¿Has dicho 10 libras?
—Tenemos un sordo señores.
—Vaya chollo, quiero una.
—Menéate, ¿quieres?, pierna izquierda a la derecha y tu cuerpo la seguirá, es la hostia, lo llaman andar.

(Lock, Stock and Two Smoking Barrels)

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Quién no ha visitado alguna vez los puestecillos callejeros?...
Hay que disfrutar de ellos, de sus gentes y de sus productos.
Estupenda foto has elegido para retomar tu andadura en Ojos de Búho.
Te felicito.
Muchas gracias.

10:56 a. m.  

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